En los últimos seis meses, la sociedad española ha sido agitada por una serie de palabras clave que se repiten semana tras semana. Para alguien como yo, obsesionado con los números, el top 5 contempla términos como: corrupción, paro, Bárcenas, Gürtel, Urdangarín… No son palabras elegidas al azar, el seguimiento de diferentes medios de comunicación durante más de 25 semanas sirve de base a esta conclusión.

Un país expuesto durante un periodo tan prolongado a las corrientes informativas que subyacen detrás de todos y cada uno de los términos no es un país estable. Puede parecerlo pero no puede serlo. Los acontecimientos de las últimas semanas, las transcurridas desde el encarcelamiento de Bárcenas, han colocado a Rajoy en una encrucijada en la que solo caben dos opciones: comparecer para dar explicaciones, evitando así la moción de censura, o guardar silencio.

De la primera de las opciones de deriva a su vez otra consecuencia en el caso que no llegase admitir los hechos de los que se le acusa a él y a parte de su Gobierno, y es que Bárcenas podría sacarse de la manga un nuevo papel desmintiendo sus declaraciones.

En este caso, parece que lo más prudente es que guarde silencio y acepte la moción de censura ya que todo apunta a que la comparecencia le podría perjudicar y beneficiando por el contrario a la oposición.
En cualquier caso, el día 24 descubriremos cómo el presidente sale de esta encrucijada y cuál es el camino por el que opta, así como las consecuencias políticas de su decisión.